Cuando una planilla de cálculo no funciona o se rompe, podemos usar varias herramientas que nos ayudarán a canalizar el enojo.
“Me enojo cuando una planilla de cálculo no me sale como quiero”. Ésta es una expresión que escuchamos frecuentemente cuando realizamos capacitaciones. Es por esto que, como continuación de la serie de artículos que publicamos sobre emociones (¿Puedo desarrollar planillas ágiles? ¿Existe la planilla de cálculo perfecta? y Planillas y frustración), en éste analizamos qué hacer cuando aparece el enojo.
En general solemos creer que ciertas emociones son un problema (enojo, frustración, miedo), cuando en realidad nos están dando información valiosa para generar aprendizajes y desarrollar nuevas habilidades. El enojo, por ejemplo, es una emoción que genera un excedente de energía destinada a aumentar nuestros recursos en el momento en que aparece un obstáculo. Dependiendo de cada persona, varían la intensidad del enojo y la rapidez con la que éste escala.
En el caso de estar desarrollando una planilla de cálculo, ese obstáculo que aparece se interpone en nuestro deseo de lograr una planilla de cálculo ágil y eficiente y nos genera enojo. El obstáculo en cuestión puede ser una fórmula que no funciona como suponemos, un vínculo roto a último momento, el hecho de no encontrar los últimos cambios hechos porque se mezclaron las versiones, etc. Nos enojamos cuando algo nos genera frustración.
Si no sabemos cómo utilizar ese exceso de energía, ésta se convierte en un problema adicional: al problema original que desencadenó el enojo, se suma un excedente de energía que no sabemos administrar. Por esto, lo importante es aprender a manejar ese exceso de energía para así sortear ese obstáculo sin que el enojo nos dañe.
Pensando en las planillas de cálculo, lo ideal es tener a mano una serie de tips para usar cuando identificamos que estamos enojados, para poder hacer las correcciones del caso.
Tips:
Tengamos presente que la planilla de cálculo que tanto nos enoja es sólo una planilla de cálculo. Al reconocer esto, sacamos el foco de la planilla, lo ponemos en nosotros, y así destinamos el exceso de energía a trabajar a nuestro favor. Tal vez, por ejemplo, esa energía nos ayude a pensar una solución.
Recordemos que hubo momentos en el pasado en las que la planilla de cálculo nos ocasionó satisfacciones; eso aliviará el enojo.
Acordémonos de que mientras llevemos acciones adelante en el mundo estamos expuestos a que ocurran imprevistos. Es natural que surjan obstáculos, y a todos les pasa.
Si podemos y disponemos de tiempo en ese instante, salgamos a caminar, correr o hacer otra actividad que involucre movimiento físico para que ese exceso de energía se canalice hacia otro lugar/actividad. Una vez más calmos, retomemos la planilla.
Tengamos una charla con un amigo para que nos escuche sobre este tema del enojo. Ser escuchado ayuda a “descargar” esa energía excedente.
"Saber que poseemos herramientas y sentirse con confianza ante los desafíos que se presentan en nuestra vida nos permitirá hacer frente a situaciones de enojo".
Una vez que estén dadas las condiciones, anotemos el aprendizaje obtenido a partir de ese enojo e incorporemos eventuales tips nuevos a nuestra lista de estrategias.
Saber que poseemos herramientas y sentirse con confianza ante los desafíos que se presentan en nuestra vida nos permitirá hacer frente a situaciones de enojo. Con estas habilidades denominadas “blandas”, nuestra planilla de cálculo ágil y eficiente gozará de buena salud, así como nosotros gestionaremos emociones y aumentaremos nuestro bienestar.
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