Es importante contar con planillas de cálculo confiables y fáciles de usar y entender. Pero también es importante que el usuario la alimente con los datos correctos y sepa interpretar los resultados. Una buena planilla necesita un buen usuario para manifestar todo su potencial.
Un caballo y un jinete forman un equipo en el que ambos marcan juntos la diferencia: un buen caballo sin un buen jinete tal vez no se destaque. Y viceversa. Lo mismo con un auto de fórmula 1 y su piloto. O una planilla de cálculo con su usuario.
En nuestros artículos hacemos siempre hincapié en la importancia de lograr buenas planillas de cálculo: fáciles de usar y entender, confiables en sus resultados, amigables, robustas. Muchas planillas no reúnen todas estas características, tienen errores (de cálculo, de diseño, de modelización) y son mejorables. Pero también es cierto que muchas otras planillas de cálculo logran ser "buenas" planillas y están en condiciones de asistir correctamente en la toma de decisiones.
Sin embargo, una planilla puede no dar buenos resultados o puede no ayudar a tomar la mejor decisión sin que la "culpa" sea de la planilla, porque la planilla -una vez construida- depende de su usuario. Si el usuario introduce datos incorrectos, los resultados también serán incorrectos. Los datos que se cargan no solo deben estar bien tipeados (no es lo mismo (281 que 218), sino que deben ser consistentes con la situación que se modela. Por ejemplo, en el caso de un planeamiento en moneda histórica, se debe respetar ese criterio y no cargar datos en moneda corregida por inflación. Y viceversa si el planeamiento es en moneda corregida por inflación. Además, cualquier proyección deberá tener valores que reflejen posibles tendencias futuras, y no alimentarse exclusivamente con datos de series históricas.
Por otra parte, así como el usuario es responsable de cargar buenos datos, también es responsable de la interpretación de los resultados. Una planilla que calcula correctamente el valor actualizado neto de una inversión, con datos consistentes y bien estimados, puede inducir a una decisión equivocada si quien usa esos resultados no los interpreta bien.
El usuario y la planilla de cálculo son un equipo, y la diferencia en performance la hacen juntos. Como primer paso es importante que la planilla sea una “buena” planilla, construida aplicando buenas prácticas de diseño, pero no alcanza: el usuario deberá estar a su altura.
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