Es importante diferenciar entre una planilla perfecta y una excelente.
En un artículo anterior mencionamos algunas de las pregunta no estrictamente técnicas que nos han hecho participantes de nuestros cursos sobre diseño de planillas eficientes. Una de esas preguntas es la del título: “¿Existe la planilla perfecta?”. Cada uno de nosotros podrá contestar sí o no, en base a su experiencia y creencias.
Si ya leíste el artículo “¿Qué es una planilla de cálculo ágil y eficiente?", viste que la bibliografía sobre los errores en las planillas de cálculo coincide en que casi el 90% de las planillas tienen errores. Con eso en mente, la respuesta a la pregusta acerca de una planilla perfecta casi con seguridad fue “no”.
Sin embargo, antes de seguir avanzando, deberíamos ponernos de acuerdo acerca de qué se entiende por una planilla perfecta:
¿Es una planilla sin errores?
¿Es una planilla que se adapta fácilmente a los cambios que generan los nuevos negocios?
¿Es una planilla que se corrige a sí misma?
¿Es la suma de todas las respuestas hasta acá?
¿No es ninguna de ellas?
Tal vez parte de la respuesta esté en la segunda parte del artículo “¿Qué es una planilla de cálculo ágil y eficiente?”. Decimos “parte de la respuesta” porque ahí analizamos “buenas planillas” y no “planillas perfectas”.
El núcleo de la cuestión es que en el mundo empresarial estamos acostumbrados a celebrar los resultados extraordinarios. Al tratarse de negocios, buscamos ganancias tangibles, y si es con bajo costo y menor tiempo mejor. Ocurre en muchos casos que este apuro en obtener un resultado rápido y extraordinario, se transforma en una exigencia que hace que olvidemos el camino que nos lleva a él.
Centrándonos más en el resultado esperado sin darle importancia a la forma en cómo lo conseguimos, la exigencia nos aleja del camino de le excelencia. Con el tiempo, esa exigencia la naturalizamos y ya no podemos notar la diferencia entre la exigencia y la excelencia.
La perfección como tal no existe.
En el caso en que el resultado deseado sea una planilla de cálculo ágil y eficiente, lo podemos lograr armando un equipo comprometido y planificando las etapas del desarrollo correctamente, con tiempo para incluir también los testeos necesarios. Éste es el camino que nos acerca a la excelencia: tal vez la planilla de cálculo no salga perfecta, pero sí muy buena, inclusive una que se ubique en el 10% de planillas que no contienen errores.
Como nos gusta inspirar pequeños y sutiles cambios en nuestra forma de hablar y preguntar, podemos modificar la pregunta del título de la siguiente manera: “¿Existen las planillas excelentes?”. Y la respuesta puede ser un “sí”, claro y fuerte. Tengamos presente que la perfección como tal no existe aunque, por supuesto, desde un punto de vista matemático, al hablar de resultados sí puede (o no) haber exactitud.
Dependiendo de la cultura en la que hayamos crecido, la perfección se vincula con la palabra exigencia. En nuestro caso, la perfección la vinculamos con la palabra excelencia. Hablaremos de esto en otro blog.
Comments