Los gráficos tienen mucho más potencial que ser simplemente un resumen de datos. Los podemos usar para contar historias.
Nuestra experiencia es que la gran mayoría de las veces los gráficos se usan para resumir datos. Inclusive, a veces de manera redundante, porque el gráfico convive con una tabla que muestra esos mismos datos.
En materia de gráficos, por mucho tiempo se hizo hincapié sobre todo en que estuvieran “técnicamente” bien, es decir que tuvieran todos los elementos necesarios para entenderlos: título, ejes con unidades, una escala pertinente, leyenda en caso de haber más de una serie en el mismo gráfico. Éstos y otros detalles también importantes los compartimos en este post y este sobre pequeños grandes detalles.
Sin embargo, últimamente se está haciendo foco también en otras cuestiones, que tienen un denominador común: tener presente la audiencia. En base a eso, surgieron por ejemplo líneas de trabajo en cuanto a simplificar la información, definir los colores a utilizar y cómo seleccionar el mejor tipo de gráfico, no sólo para los datos disponibles, sino también por el mensaje que se quiere transmitir ,https://www.hojauno.com/post/dos-consejos-para-lograr-mejores-gr%C3%A1ficos , https://www.hojauno.com/post/cu%C3%A1nta-informaci%C3%B3n-colocar-en-los-gr%C3%A1ficos ).
Finalmente, lo más reciente en materia de gráficos es lo relacionado con aprovechar el potencial de las imágenes (un gráfico es una imagen) para contar una historia. Veamos un ejemplo de qué tanto podemos hacer con un gráfico para transformarlo y contar una historia.
Este gráfico es parte de la historia clínica de un paciente. Surge al seleccionar de una lista desplegable el indicador “Hemoglobina” para obtener la evolución de este indicador a lo largo del tiempo (los datos surgen de la base de datos de los análisis del paciente).
En el eje de las x están las fechas (las etiquetas se superponen y confunden, pero están) y en el eje de las y se grafican los niveles de hemoglobina en sangre en g/dl.
Un simple vistazo al gráfico muestra algunas falencias técnicas y lleva a pensar a que el paciente ha llegado a niveles mínimos de ese indicador. Claramente, un médico tal vez interprete más fácilmente este gráfico, pero para otros observadores (incluido el paciente) el gráfico es difícil de interpretar. No sólo porque no estén las unidades en el eje o las fechas estén superpuestas; eso, en este caso, son detalles.
¿Cómo podemos mejorar este gráfico y contar una historia? Puede haber tantas reelaboraciones del gráfico como lectores de este artículo, pero les proponemos esta en base a lo que queremos mostrar.
¿Cómo logramos transformar un gráfico de difícil interpretación en un que cuenta una historia?
Reorientamos el texto de las fechas, para que pueda visualizarse bien cada período (nos sirve para nuestra historia). Modificamos la escala para que las variaciones puedan verse en su verdadera magnitud. Colocamos dos líneas que indican los límites mínimo y máximo considerados normales para este indicador. Esto contribuye a saber si la hemoglobina, más allá de sus variaciones, se ubica en niveles aceptables o no. Finalmente, el título capitaliza estos cambios y cuenta una breve historia poniendo toda esa información en contexto.